16 de septiembre de 2012

No te describiré en estos versos

No te describiré en estos versos.

El adjetivo es una efigie hermética
y yo te quiero ver vagar libre,
libre por las imaginaciones;
y quiero ver esas imágenes de ti,
de tu ego fuera de ti en otras mentes,
abstracta y etérea
como los aires de tormenta.

Quiero enarbolarte
prendida de un susurro
que llamen mi poema,
y que seas como un misterio:
dentro de los rumores
que te imaginen sin miedos
ni vanidades,
perenne y divina,
duradera y sencilla.

Para después,
firme ante el fracaso
extinguir tu símbolo,
y pese al asombro de las multitudes
presentarte de mi mano,
ni tan preciosa
ni tan perfecta;
temblando y como una llama
mostrando a cada segundo
nuevos brillos y nuevas sombras;
y aquel mohín tuyo
que odio y que adoro
y que algún día acabará conmigo.

No te describiré en estos versos
porque sería como vestirte con la piel de una estatua
y proteger a quien te imaginare de tu humanidad;
y yo te quiero hiriente y desnuda,
y cambiante
y libre.

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