7 de octubre de 2013

Huésped antisimétrico: Yo

Los días se apilan en la memoria
como un gran montón de carne
que desde lejos en el presente
pareciera una figura;
un tronco
más cuatro extremidades y un bulto;
y no es difícil desde este instante
intuirle a ese peso la idea de un alma,
confundirle un brillo fugaz con ojos,
un espasmo con voluntad.

No obstante la mole convulsiona como
una serpiente a la que hubieran cortado la cabeza

Si tienes miedo de que te alcance se pondrá en pié,
si tienes miedo de lo que pueda decir
dará sonoras palmadas contra las paredes de tu cráneo.

Y creerás que hay algo más que tu pasado tratando de destruirte,
que el gólem de la carne intenta decirte algo importante con cada golpe.

Después vienen los rituales inútiles,
la condena innecesaria de esparcir palabras sobre el terreno castigado
y esperar entre los sacrificios a que se presente su figura en el centro del pentágono
amor, dolor, exilio, olvido, necesidad;
y en el medio un tronco,
más cuatro extremidades y un bulto.

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