25 de agosto de 2012

Ruido blanco

Llegó el incesante
matraqueo de los engranajes,
no en coches
no en aviones
no en relojes
no en sofisticados aparatos;

aunque
sí en coches
sí en aviones
sí en relojes
y en sofisticados
e inútiles
aparatos;

pues el estertor impúdico
que acabó con las aves
y relegó a las plantas al reino del olvido
provenía
del pecho de los hombres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario